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| Arias Cañete mientras ingería comida en buen estado. |
Anoche fui una de las 46 millones
de personas censadas en España que no vio el debate entre Cañete y Valenciano. Se
dice pronto, pero si las audiencias sirviesen como referencia de la intención
de voto, estaríamos ante una clara evidencia de que el bipartidismo, del que
fue cómplice RTVE, ha hecho aguas.
El lema del PSOE para la campaña de las
elecciones afirma que somos la ciudadanía quienes movemos Europa. Cada vez que
lo veo, me imagino a los socialistas riéndose a carcajadas de su propio eslogan.
Nosotros movemos Europa, puede ser, ¿pero a qué precio? Piénsenlo antes de
votar a Valenciano y a su partido, ese que inició la era del tijeretazo nacional.
Quienes se presentan para ir al parlamento europeo son las mismas que formaron
parte de aquel gobierno errático que dejó la herencia de los cojones con la que
el PP no deja de tocarnos los ídem.
El eslogan del Partido Popular es
mucho más esperanzador, dónde va a parar. Cañete y su corte dejan claro sus
intenciones en ocho palabras: lo que está
en juego es el futuro. ¿Alguien es su sano juicio votaría a la lista
popular? Solo las mentes con menos luces serían capaces de no reconocer el
mensaje encriptado: lo que está en juego es el futuro, ya has visto cómo lo hemos arrasado en España, ¿nos dejas hacerlo en Europa? Pues oigan, si ustedes
quieren un parlamento europeo atestado de gente con sobre-sueldos, que forman
parte de un partido que se financia ilegalmente, cuyas representantes quieren
que nos jodamos; vótenles. Si lo que quieren es que Europa se convierta,
siguiendo el camino que llevamos, en el paradigma del corte y confección
gracias a la pasión desenfrenada de la derecha por los recortes en ámbitos tan
poco relevantes como vienen siendo la Educación o la Sanidad, vótenles. Si son
ustedes muy fanáticos de que les tomen el pelo, les roben, les saqueen las
arcas, les arruinen y les hagan pagar sus desastres: vótenles. Si para ustedes
lo del Estado de Bienestar suena a utopía, vótenles. Si son ustedes más de
callarse que de poder expresarse, vótenles. Si están a favor de los derechos
del espermatozoide, del óvulo, de las células muertas que acumulan en los
codos, y del nonato: vótenles. Si son ustedes mujeres y no se estiman su
dignidad, sus derechos y los avances por los que han luchado muchas otras desde
hace unos cuantos años: vótenles. Si son ustedes tuiteros de los que solo
hablan de fútbol, no se preocupen, de eso podrán seguir hablando: vótenles. Si
ustedes creen que las televisiones públicas deben estar al servicio del poder:
vótenles. Si son ustedes del Opus Dei… ¿es usted del Opus y me está leyendo? Me
deja ojiplático…
Aún estando usted de acuerdo con
la ristra anterior, piénselo dos veces antes de votar al señor Cañete. Un señor
que afirma que mostrar su superioridad intelectual frente a las mujeres es machista.
Fíjese usted, Cañete machista, qué locura. Cañete, que es un referente del
feminismo a la altura de Simone de Beauvoir, con grandes citas como: “El
regadío hay que utilizarlo como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden
perder a uno”. Piense dos veces antes de votar a Cañete, un tipo con cuerpo de Santa Claus y formas de Jose Luís Torrente, que ha reconocido
que come yorgures caducados y, con el olor a putrefacción que desprende la
Unión Europea, si envía usted a Cañete a Bruselas seguro que se lía a mordiscos y
acaba con ella. Recuerde: lo que está en juego es el futuro. ¿Va a ser usted cómplice del fin de Europa?
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