25.1.11

Microrrelato

Se fumaba, en el borde de la azotea, las últimas caladas del cigarro. Entre calada y calada, mientras el humo invadía sus pulmones, se convencía de que iba a hacer lo correcto. Absorbía nicotina con manos temblorosas. Su frente se había empapado de sudor frío, daba pasos temblorosos hacia el horizonte, hacia el fin. Cada centímetro que avanzaba era un segundo menos de vida, y uno más de angustia e indecisión. Sólo unos pasos le unían a la vida. Dilató unos instantes la caída, retrocedió, vaciló y volvió al borde. Cerró los ojos, caminó a ciegas, alcanzó el ocaso de la azotea, inclinó su cuerpo y se lanzó. Fueron seis segundos de caída, seis amargos segundos hasta que un enorme estruendo la convirtió en asfalto. Una ráfaga de aire arrastró un papel desde la azotea hasta la calle, la casualidad lo llevó junto a su suicida autora, en él se podía leer: "Espero que con el tiempo me recuerdes, por lo que hemos vivido juntos, por lo que nos hemos amado, por lo que te has reído conmigo... o de mí. Te quiero."

1 comentario:

Andylonso dijo...

Niñooooooooo!!!!!!Estás bien?, entre la seriedad de la foto y la de la entrada, me ha quedao un "come come"... Espero que simplemente se trate de un microrrelato,que no tenga nada que ver con tu estado de ánimo.

Un besote asturiano, gordo,.muy gordo......