13.3.12

Rebeldes

Su día es el 8 de marzo. Son madres, abuelas, hermanas, amigas y amantes. Son contables, cocineras, limpiadoras, psicólogas… en casa, y cualquier otra cosa fuera. Suelen ser quienes te dan la mano cuando te caes y necesitas levantarte. Escuchan, entienden y respaldan. Sobre sus hombros cargan con la mayor parte de la educación de los hijos, la responsabilidad de los hogares y la de sus trabajos.
Su día es el 8 de marzo, pero hay quienes no lo entienden. Quienes piensan que el Día de la Mujer está obsoleto deberían pasear sus miradas por las estadísticas, que reflejan que sus salarios son un 20% más bajos que los nuestros, los de los hombres. Quienes creen que no tiene sentido que el 8 de marzo sea su Día, con mayúsculas, tendrían que pensar que los puestos relevantes de las empresas, los grandes cargos, suelen estar ocupados mayoritariamente por  hombres. Quienes opinan que los hombres no tienen su día, y las mujeres sí, deberían plantearse que son ellas quienes se ocupan de los hogares, y coordinan la tarea con un empleo ajeno al ámbito familiar. Aunque hay mujeres que sólo se encargan de su casa, las amas de casa, y merecen todo nuestro respeto, como cualquier otra persona. Su día es el 8 de marzo, y lo es por motivos como el lenguaje sexista, un machismo tan obvio y al que estamos tan acostumbrados que no somos capaces de reconocer a simple vista. Palabras como coñazo, zorra, o puta se nos amontonan en la boca y todas, como la mayoría de los insultos, hacen referencia a la mujer. El día 8 de marzo es su día porque se les infravalora en el ámbito laboral, se les insulta y menosprecia. Un buen ejemplo de esto lo encontramos en el Twitter de la periodista de RTVE Ana Pastor, a la que ocasionalmente le dedican mensajes con descalificaciones como éste “Ana Pastor, no tienes ni idea de hacer entrevistas. En una esquina serías mucho más eficiente, créeme”. Si el 8 de marzo es su día es porque se las culpabiliza de las agresiones físicas y sexuales que sufren, prueba de ello es la iniciativa que comenzó en Francia para evitar que unas colegialas llevasen minifaldas para protegerlas de posibles abusos.
Hay quienes dicen que celebrar el Día de la Mujer es algo arcaico. Ojalá tuvieran razón, pero sobran motivos para que se reconozca la valentía de las mujeres que luchan por la Igualdad. Aun así, es necesario reconocérsela todos los días, y no sólo el día 8. Hay que igualar salarios, no despedirlas cuando se quedan embarazadas, acabar con la violencia que destruye sus almas, y sus cuerpos; erradicar el lenguaje discriminatorio, y las faldas largas que tapan rodillas, y ocultan machismo. Como diría Gemma Lienas, son rebeldes, ni putas, ni sumisas.

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