Según el dicho, las cosas de
palacio van despacio, y viendo andar al rey Juan Carlos, o el ritmo con el que
domina el castellano la reina Sofía, cualquiera se atreve a cuestionarse la veracidad
de la afirmación. No obstante, podríamos poner la mano en el fuego -y notar
frío- si asegurásemos que si en España hay algo que va lento es, sin duda, la
Justicia.
Siete años han pasado desde la aprobación
de la Ley que permite en España el matrimonio entre personas del mismo sexo y a
la que a los pocos meses le salió un poderoso enemigo: el Partido Popular que,
con ansias de agrandar sus filas contra el Zapatero de la primera legislatura,
se -y nos- hartó de manifestarse para mostrar su oposición y rechazo a
cualquier mejora en el ámbito de Igualdad. Siete años ha tardado el Tribunal
Constitucional en decidir si llamar matrimonio
a las bodas entre personas del mismo sexo era constitucional. En estos años,
más de 22.000 parejas del mismo sexo se han casado y, para sorpresa de algunos,
en el mundo no ha salido una raja que vomita fuego para atrapar a tanto pecador
y pecadora sueltos; ni las familias no tradicionales tienen grandes problemas
psicológicos; ni a los hijos les sale una cola roja en la espalda…
El Constitucional ha dicho que
sí, pero le ha costado tiempo, demasiado tal vez. El proceso de resolución del
recurso de inconstitucionalidad que, en estos momentos, se están comiendo en el
PP, ha sido largo y ha sometido a una presión innecesaria a las muchas familias.
Siete años de espera para resolver un tema en el que no hacían falta pruebas,
ni testigos, sino tener valor para decidir y ganas de no hacer sufrir. Así ha
sido, y desde ahora en adelante, la ciudadanía tiene igualdad absoluta para
quererse y para formalizar sus relaciones en un juzgado, por mucho que les pese
a algunos obispos de sotana alegre, y a peperos de corazón. Al fin y al cabo,
una manzana y una pera no dan dos manzanas, pero sí una macedonia.
Permítanme que, parafraseando a
esa gran líder política que es Andrea Fabra, les dedique sus palabras a todos
aquellos que juegan con los sentimientos de las personas y para los que la
sentencia del Constitucional ha sido una buena lección. Es un matrimonio y es
constitucional. Que se jodan.
2 comentarios:
No te olvides de que la justicia va rápido cuando interesa a diversos sectores de la clase dominante. Ya te contaré con pelos y señales y fliparás en colores, y todos los del arcoiris. Nos vemos el 14N SÍ o SÍ !
Laura, por supuesto, soy consciente de que en este país la Justicia camina a ritmos diferentes según la ocasión.
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