16.6.13

¡Siempre puta!

  Dicen que es el oficio más antiguo del mundo. En España no es difícil encontrar un club de alterne recorriendo alguna carretera. Tampoco lo es encontrar a mujeres casi desnudas esperando la llegada de un cliente en algunas zonas urbanas. La prostitución es un negocio que mueve millones en negro, vive a espaldas de la ley, en ocasiones explota a seres humanos, aunque también es ejercido de forma potestativa. La cantidad de tabúes que envuelven el ejercicio de la prostitución es enorme. Las preguntas sobre este oficio brotan por sí mismas, reforzadas por el profundo desconocimiento que hay sobre él. Para formar una opinión con perspectiva es necesario conocer algunos datos sobre la prostitución, y el testimonio de quienes ejercen este oficio.
   En España hay casi 24 millones de mujeres, se calcula que unas 400.000 ejercen la prostitución. Cerca de un 90% lo hacen a la fuerza, víctimas de redes de explotación sexual. Hay organizaciones que ponen en duda la veracidad del dato. Comisiones Obreras, en el libro “Derechos de Ciudadanía para Trabajadoras y Trabajadores del sexo” asegura que, en realidad, son unas 20.000 las personas que se prostituyen. La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) asegura que la trata de blancas es más rentable que el tráfico de armas. Según la guía sobre la trata de personas con fines de explotación sexual de 2011, editada por el Ministerio de Sanidad, y presentada por la Asociación para la Reinserción de Mujeres Prostituidas (APRAMP), España encabeza el consumo de prostitución de la Unión Europea. Un 39% de hombres españoles ha pagado alguna vez a cambio de sexo. En el año 2008, la Guardia Civil contabilizó 936 clubes en los que se ejerce la prostitución. La Agencia Tributaria aportó datos en 2005 según los cuales se calculaba una recaudación de 1.124 millones de euros si se legalizase la prostitución. Según un reciente estudio de Feminicidio.net basado en informaciones publicadas en prensa, cerca de 20 prostitutas han sido asesinadas en los últimos tres años. Debido a la fecha de publicación, ese estudio no incluye a las dos mujeres asesinadas por el falso monje shaolín, hace pocos días.
   En 2010 pude conversar unos minutos con Eva, una mujer ghanesa que ejercía la prostitución forzada. Se abalanzó sobre el coche para conseguir unos euros con los que saldar la deuda contraída con quienes la trajeron hasta España engañada. Es un patrón que se repite en la mayoría de casos de trata de blancas. Las mafias estafan a mujeres prometiéndoles un falso trabajo y, una vez en España son obligadas a prostituirse. Sin embargo, es muy poco lo que conocemos sobre el ejercicio libre de la prostitución. A pesar de los clichés, los tabúes, el desconocimiento, y los interrogantes ético-morales que se levantan al hablar de la prostitución, hay quienes la elijen de forma libre como forma de ganarse la vida. Contacto con Paula, una barcelonesa que se prostituye por decisión propia. Tarda unos pocos minutos en contestar a mí propuesta, aceptando la entrevista. Lo primero que le pregunto es el motivo que le llevó convertirse en una trabajadora sexual. Por el mismo motivo que llegamos todas las personas que la ejercemos: una necesidad económica perentoria –contesta. No creo que nadie se plantee ejercer este trabajo como opción objetiva, como vocación. Su respuesta es concisa, y directa. Sin embargo, me plantea una duda que no compartiré con ella a lo largo de la entrevista. Si es la necesidad urgente de dinero la que instiga a las personas a prostituirse, ¿podemos hablar en algún caso de prostitución potestativa?

-Tu oficio no tiene buena popularidad y, seguramente, no será sencillo de desarrollar.
Ningún trabajo es fácil de llevar a cabo. La prostitución no es una excepción y, además, conlleva el valor negativo de no poder aprenderlo en ningún sitio. No hay escuelas de putas, no se imparten cursos de formación que te cuenten cómo debes llevar a cabo tu labor en el día a día. Esa es, también, una de las causas por las que no tiene buena popularidad. La exclusión social, el estigma que te persigue lo hacen anti social. Pero si te gusta el sexo y no tienes tabúes; si eres capaz de jugar a practicar sexo con completos desconocidos, este trabajo te aporta un punto humano enorme. Lo de menos es el sexo por el sexo. Lo demás, el afecto que das y recibes.
-Antes de plantearte ejercer la prostitución ¿te planteaste otras alternativas?, ¿es el último recurso?
Quien dice, en el presente, en el pasado o en el futuro, que la prostitución es la última alternativa, ha mentido, miente y mentirá. (La negación de la prostitución ejercida por las putas es fruto del estigma –afirma) Siempre hay otras salidas. En mi caso tengo familia y amigos que me hubieran prestado el dinero suficiente para salir adelante sin ningún problema. Pero no quise recurrir a ellos. Ni a nadie. Era perfectamente capaz de llevar a cabo la salida de mi propia crisis, sin más ayuda que la de mi voluntad. He sabido sacarle provecho a un negocio que debería haberme avergonzado y humillado y que, en lugar de ello, me ha empoderado como mujer y me ha hecho mejor ser humano.
-Durante un tiempo tu presencia en medios de comunicación fue desde el anonimato, a cara cubierta. ¿Qué te hizo salir del armario y mostrarte sin tapujos?
Como trabajadora sexual veía absolutamente necesario llegar a la opinión pública hablando de normalización. Pero ¿cómo podía hablar de ella, si lo hacía a escondidas? Hablé primero con mi hijo, y luego con el resto de mi familia. Y fue el principio de mi liberación como mujer prostituta. No puedes hablar de normalidad tras el anonimato. Es absurdo. Mi libertad desde ese momento es enorme. Y la aceptación social hasta ahora, del cien por cien.
-¿Acarrea problemas familiares/de pareja ejercer la prostitución de forma voluntaria y pública?
Los problemas de ejercer la prostitución no difieren de los de ser maestro o policía, por decir un par de profesiones al azar. El enfoque es lo más importante. Es decir, si lo planteas desde el victimismo, tu entorno te percibirá como una víctima a la que hay que salvar de un destino tan deplorable. Si te ven convencida de lo que haces, si te perciben feliz, si logras hacerles entender que tu trabajo nada tiene que ver con la dignidad o con la falta de ella, sino que es una opción, todos a tu alrededor perciben la prostitución como algo beneficioso para ti y para la sociedad.

   Como no podemos hacer la entrevista cara a cara, la hacemos a través de internet. Le envío las preguntas en un correo que contesta con las respuestas. El modelo de entrevista no da margen para rebatir o repreguntar. Cuando le pregunto cómo es ser prostituta, responde con una evasiva: no comprendo la pregunta... ¿Cómo es ser periodista? ¿Cómo es ser ginecóloga? Basta leer entrelíneas para saber su intención: dejar claro que la prostitución es como cualquier otro oficio.

-¿Cuál es el principal problema al que se enfrenta una mujer que ejerce la prostitución?
La cruel y despiadada sociedad y sus prejuicios. La falsa moralina y el estigma. Cuando te liberas de ellos y decides por ti misma si quieres o no seguir en la prostitución es cuando aprendes a amar tú trabajo, sin tapujos y sin auto-engaños.
-¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de la prostitución?
De nuevo la pregunta es tan genérica que es imposible de responder. Un periodista te dirá que lo peor de su trabajo es soportar la presión del no saber dónde estará ese mismo día, por la tarde. Tal vez en Turquía o en Irán. Otro, por el contrario, responderá que justamente ese punto de la profesión es lo que más le gusta. Todo trabajo tiene sus pros y contras.
-Según algunas estadísticas, un 90% de las prostitutas son víctimas de mafias que las explotan sexualmente. ¿Cuál podría ser la solución para terminar con la prostitución forzada?
Esa cifra con tan mala saña, que se hizo pública a través del fallecido Ministerio de Igualdad a cuyo frente estaba la miembra Bibiana Aído, ya fue rebatida por el propio Parlamente Europeo que le dio un buen rapapolvo público a la abolicionista ex ministra. Las cifras que se manejan son bien distintas -una de cada 7 mujeres-. Pero las activistas tampoco estamos de acuerdo. No hay cifras reales. No hay suficientes datos para realizar estadísticas y de todos modos, no hablamos de números ni de manzanas, si no de seres humanos. La solución para terminar con las mafias que tratan con seres humanos, no sólo con fines de explotación sexual, sino también en el sector de la industria, o la agricultura por ejemplo, sólo está en manos de los políticos, por esa razón no se termina con ellas.
-El movimiento feminista parece bifurcarse respecto al tema de la prostitución. Por un lado están las personas partidarias de la legalización para favorecer a quienes quieran ejercerla y como posible solución para quienes son explotadas; por otro, hay quienes creen que no se debería negociar con el sexo, y están en contra de la legalización.
En este caso ya no hablamos de feministas o no. Hablamos de pro-derechos para  las prostitutas y de abolicionistas. Ellas, las abolicionistas, nos niegan la palabra en convenciones, reuniones, charlas, etc... Reciben millones en subvenciones para atacar a otras mujeres. Ellas no son feministas. Nunca una mujer que se declare feminista, luchará en contra de los derechos políticos, sociales y laborales de todo un colectivo laboral formado principalmente por mujeres.
-¿Qué opinas de las dos posturas? ¿Se debería legalizar el ejercicio libre de la prostitución?
Absolutamente, sí. Resulta incomprensible que, en pleno siglo XXI, las putas carezcan de Seguridad Social si trabajan para terceros. Vergonzoso debería resultarles a políticos y a abolicionistas que nuestros hijos y/o parejas puedan ser acusados de proxenetismo sólo por el simple hecho de convivir con nosotras y vivir de nuestros ingresos. Jamás se puede estar de acuerdo con el movimiento abolicionista si uno se considera mínimamente defensor de los Derechos Humanos.
-¿Has sentido rechazo por ejercer la prostitución?
He sentido admiración y muchísima curiosidad. Ganas de saber por parte de la sociedad, que también está harta de que los medios les mientan y que los políticos nos obvien. De que las feminazis nos ninguneen y de que nadie luche por nuestros derechos en las altas instancias políticas.
-Según un informe de Feminicidio.net, en los últimos años cerca de 20 mujeres que ejercían la prostitución han sido asesinadas. ¿Es la violencia un riesgo constante en tu trabajo? ¿Has vivido situaciones de violencia?
Con todos mis respetos hacia ese página de abolicionistas, ¿puedes decirme cuántas mujeres no putas han muerto sólo este año 2013 a manos de sus parejas, novios, esposos, maridos, padres, hermanos…


   Junto al cuestionario, envío una serie de dudas para la publicación, como el nombre que debemos utilizar: Paula Vip es mi nombre artístico y por el que podrás encontrar más información sobre mí y mis andanzas. Pero Paula VIP no se avergüenza ni esconde.  El pasado 11 de mayo de 2012, fundó la Asociación de Profesionales del Sexo junto a otras compañeras.  Tanto en Aprosex (www.aprosex.org), como en otras entrevistas Paula utiliza su nombre real. Dar la cara, también implica exponerte al público con todas sus consecuencias –asegura. ¿Y cómo me refiero a ti? ¿Qué te consideras? Su respuesta, clara y concisa, no deja lugar a dudas. Paula lo tiene claro, ella es ¡Puta, siempre puta!


*Los datos están extraídos de diferentes noticias publicadas en prensa nacional, de informes y estudios mencionados en el artículo, y de la Asociación para la Reinserción de Mujeres Prostituidas (APRAMP)

1 comentario:

Cliente X dijo...

Es fantástico que comiences a interesarte sobre este tema. Espero que sigas leyendo otras entrevistas a prostitutas como las que he publicado en mi blog.