13.11.11

El mitin del domingo

El despertador, despierta más contento de lo normal. La chirriante alarma hoy endulza sus oídos, es un día feliz. La familia al completo va a ir a un evento importantísimo, el mitin del Partido Popular en la plaza de toros. Al levantarse de la cama, después de lavarse la cara, Josema se acerca hacia la cocina. Su madre, Carmen Helado, ha preparado unas deliciosas tostadas de mantequilla y mermelada de plátano y fresa, que simulan los colores de la bandera de España. Josema se las come, aunque hubiera preferido ponerlas en la misma vitrina en la que tienen aquella gaviota disecada que compraron de recuerdo en su viaje a Benidorm, son las tostadas más bonitas que ha visto en su vida. Mientras acaba con el vaso de café tocado con whisky, Ana Envase, la pequeña de la familia le tira del pantalón de pijama dejando ver unos calzones con un estampado de águilas imperiales.  “¿Hoy vemos al tito Mariano?”, le pregunta la enana. “¡Claro que sí cielo!, tienes que ponerte guapa, por si te da la mano” se apresura en contestar la madre.
Francisco Sincero, padre de la familia, habla por teléfono con el mayor de sus hijos, Paco Huertas, preso por robar en una tienda de ropa, “Entonces, ¿te dan permiso para hoy?, ¿puedes venir al mitin?... ¿Cómo que no?”, respira profundamente y cuelga sin escupir ni una sola palabra más. Paco Huertas era el hijo favorito, el mimado, el niño de papá, pero ahora nadie se acuerda de él, salvo su madre, que lo justifica asegurando que si robó, es porque son una familia humilde con dificultades para llegar a final de mes. “José María, ¡deja de ponerte colonia que pareces maricón!, y llama al chófer que bajamos enseguida”, grita Francisco desde la habitación.
Entre una inmensa nube de laca, Carmen Helado se coloca su collar de perlas caribeñas. Aprieta los labios para pintárselos, mientras balbucea el estribillo de “Carmen de España”. Se acerca a Francisco, su marido, “Mi general –que es como se refiere a Francisco- ¿está esta dama bella para acompañarlo?”. El brillo de los ojos de su general es suficiente respuesta. Abre el armario y, a pesar de los 23 grados que hacen en la calle, se pone un abrigo de visón. “Elaborado 100% con a animales maltratados”, reza la etiqueta.
Al llegar a la plaza de toros, la multitud tararea el himno del partido, Carmen, víctima de la emoción y del calor del abrigo, sufre un ligero mareo. “Valencians, valensianes… an tost vosaltres Mariano Rajoy!” anuncia una eufórica mujer de rojo sobre el escenario. La plaza ensordece bajo los aplausos. Hoy, es un día feliz.

(ficción)