Mi nombre es Ricardo San Felipe, soy el Presidente de la
República Represiva, llegué a la presidencia a través de un Golpe de Estado
hace más de 3 años, apoyado por una parte del Ejército, las clases altas, la
alta jerarquía religiosa y los principales poderes económicos. Nuestro éxito
era evidente e inevitable. Cualquiera podría pensar que en pleno siglo XXI un
régimen fascista como el que he implantado es algo antiguo, arcaico y que
atenta contra los Derechos Humanos, pero era lo mejor para mi país o, al menos,
para quienes llevamos a cabo la sublevación.
A lo largo de éstos 3 años, el país ha virado hacia el
totalitarismo político, basándose en la represión policial y militar. Tal ha
sido el giro, que decidí cambiar el nombre de la República de la Libertad por
el de República Represiva. Todo el mundo está demasiado ocupado en evitar que
la crisis económica afecte demasiado a su núcleo familiar como para preocuparse
en el resto de ciudadanos o en los recortes en Derechos y Libertades que mi
gobierno y yo llevamos a cabo. En éstos tres años, gracias en parte a las
fuertes cargas policiales que los dirigentes políticos locales ordenan, no ha
habido demasiadas manifestaciones. Y si las hay, detenemos a tres o cuatro
participantes, los encarcelamos varios meses de forma preventiva y manipulamos
el juicio hasta conseguir que los detenidos sean encarcelados por vándalos y rebeldes,
lo que nosotros llamamos un juicio justo.
Para evitar la oposición al régimen, controlamos los
medios de comunicación, e impedimos la circulación de la realidad por las redes
sociales prohibiendo Internet, que es un instrumento diabólico que no sirve
para nada más que para incitar a revoluciones sociales que acaban desmontando
el orden de los países. Los periódicos publican informes policiales de
estudiantes, profesores, médicos, o cualquier persona que se manifieste para
que sea señalada por la calle, y pueda estar controlada continuamente. El
Ministerio del Interior, a través del cuerpo de policía RPA (Represiva
Persecutoria y Aniquiladora) ofrece el fichero público
de opositores al régimen a la prensa, que tiene libre acceso a éstos. Algún que otro detenido se “nos ha lanzado por la ventana" misteriosamente, pero tampoco se le ha dado demasiada importancia.
Aunque tenemos el control casi absoluto de la prensa
nacional, la internacional nos dedica noticias, artículos y reportajes a
diario, criticando la falta de libertad de los ciudadanos de ésta República. Es
gracioso que sólo se fijen en la ausencia de Derechos y Libertades en mi país,
porque hay otros que parecen muy democráticos, y actúan de forma muy similar a
la de mi gobierno. Nadie habla de España, que es un país con una supuesta
democracia, en el que sin embargo, la policía disuelve manifestaciones a golpe
de porra y pistola de pelotas de goma, o en el que se ilegaliza la resistencia
pacífica. España es un país en el que se recorta en Educación y Sanidad para
invertir en bancas que están hundiéndose cual Titanic. Allí los medios de
comunicación también señalan, fichan y hacen públicos los historiales de los
estudiantes… pero ellos piensan que es diferente. ¿Diferente?, ¿de verdad
piensan que somos tan diferentes? Permítanme que me ría un rato.
(ficción)
1 comentario:
Jajajaja lo de la RPA es genial! jajajaja qué imaginación Héctor* REPRESIÓN, REPRRESIÓN, REPRRRRRESIÓN.
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