El 25-S me lo pasé pegado a la
pantalla del ordenador. Directos vía Internet, twitter ardiendo y periódicos
actualizando las noticias al minuto, esa era la única forma que tenía de estar,
no en cuerpo pero si en alma, como uno más en las cercanías al Congreso de los
Diputados. Y yo, como muchas otras personas, estábamos más cerca de
los manifestantes, de la ciudadanía al fin y al cabo, que la mayoría de
miembros de la Cámara Baja, que parecían, como de costumbre, muy alejados del
griterío. A ellos y, especialmente al equipo de Gobierno me dirijo:
Diputados,
diputadas y miembros del Gobierno: disculpen la indignación. Sabemos que hacen
todo lo posible por ahorrar dinero en estos momentos en los que no hay. Sabemos
que los recortes en Sanidad, el empeoramiento de la Educación, la subida de
tasas universitarias, la subida del IVA, así como cualquier otro recorte, ya
sea económico o de Libertades, es por nuestro bien. Sabemos también que hemos
gastado por encima de nuestras posibilidades. Que, desde la Ley del Aborto, hasta el recurso contra el matrimonio
homosexual, todo es por salir de la crisis, incluso el convertir a manifestantes
en terroristas. También sabemos que la crisis es por nuestra culpa, y que
ustedes no tienen nada que ver en esto, sólo trabajan para resolver el
problema.
Supongo
que con los bolsillos llenos y desde sus coches oficiales, vivirán una
realidad distinta a la nuestra. Ustedes no ven desahucios, ni desesperación, ni
hambre, ni nada. Deben de ser ciegos. Ciegos y sordos. Puesto que tampoco oían
los gritos de las miles de personas que se juntaron el día 25 junto al Congreso.
No escuchan a un pueblo desesperado, indignado y enfadado. Quizás tampoco
escuchasen los golpes de las porras contra sus cuerpos, ni tampoco los disparos
de pelotas de goma, que por mucho que parezca, son bastante peligrosas. Probablemente
no sean conscientes del riesgo que implica golpear a la población, pero nos
están enseñando que la única forma de hacer algo efectivo, con ustedes, es
mediante la violencia. Pensaba que la policía estaba para investigar crímenes y
arrestar a ladrones, ya veo que no, porque a ustedes nunca los detienen, aunque
nos estén robando el futuro.
Pierdan
el tiempo defendiendo la unidad de España frente a la -hipotética, pero
posible- independencia catalana, mientras la ciudadanía lo pasa cada vez peor.
Bendito sea su cinismo. Disculpen la indignación, pero nos sobran los motivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario