27.2.13

Machismo publicitario


   Nosotros, los hombres, sabemos hacer las cosas mejor que vosotras, las mujeres. Iré más allá, no solo hacemos las cosas mejor, sino que además, somos el sexo fuerte. Semejantes enseñanzas las habría podido aprender observando los anuncios de la televisión actual. En el post de hoy repasaremos las actitudes machistas de la publicidad que se emite en televisión a través de varios ejemplos.
EJEMPLO 1: LA LIMPIEZA ES COSA DE MUJERES.
   En la publicidad de productos de limpieza siempre hay una presencia casi total de mujeres y, en caso de que aparezcan, la presencia de hombres es mínima. Los anuncios de limpieza se pueden clasificar en tres tipos.
  • Tipo A) Mujer que no se deshace de la suciedad descubre el producto estrella del momento, limpia su casa ella sola y al final, una voz masculina nos recuerda lo brillante que se ha quedado todo.
  • Tipo B) Los niños es lo que tienen, que se manchan la ropa, y menos mal que su madre está ahí para poner tantas lavadoras como hagan falta. La mejor lejía le ayudará a combatir la solitaria batalla contra las manchas de barro y chocolate.
  • Tipo C) ¡Pero mujer, aún no te has enterado del producto estrella del momento y sigues utilizando ese friegasuelos barato! Menos mal que un hombre acaba de entrar en tu casa, sin permiso, ni orden judicial, para decirte que uses su producto, que después el algodón no engaña.

   Es evidente, que la limpieza es cosa de mujeres, ya que las protagonistas son ellas. En el último tipo de anuncio, la presencia de un hombre sólo es para recordar que hay un producto mejor que deberías empezar a utilizar. Nosotros no fregamos nunca, pero sabemos cuál es el mejor producto.

EJEMPLO 2: YOGURTS, EL SECRETO DE LA INMORTALIDAD
   Llegas a los cincuenta y… los publicistas comienzan a torturarte con todas las posibles cosas que te pueden pasar. Por suerte para ti, ahí está su gama de yogurts, uno para cada cosa, que hará de ti una cincuentona saludable. Aquí, como en la limpieza, también hay varios tipos.
  • Tipo A) El yogurt enema. Llegas a los cincuenta y… hay mujeres que sólo van al baño a ducharse y maquillarse, esas que cuando van a un hotel no quitan del váter la cinta que asegura la desinfección del mismo. Los bífidus, la soja, los cereales y unos bichitos milagrosos que nadie sabe que son, pero los yogurts los llevan, te ayudarán a hacer de tu baño, la parte más visitada de tu casa.
  • Tipo B) El yogurt prevención de riesgos. Llegas a los cincuenta y… se te rompe la cadera mientras haces la compra en el súper, ¡qué vergüenza por Dios!, y lo podrías haber evitado si hubieras tomado el yogurt que previene la descalcificación de tus huesos.
  • Tipo C) El yogurt unisex. Llegas a los cincuenta y… entre lo mal que has comido toda tu vida de gorda y el poco ejercicio que haces, en el último análisis de sangre que te has hecho te ha salido que tienes el colesterol por las nubes. Además, a tu marido también. Todo se soluciona tomando la cantidad recomendada por el médico de yogurt contra el colesterol.

   Tres nuevos ejemplos que nos plantean de nuevo el machismo publicitario. Los hombres no tenemos problemas intestinales, ni de huesos, pero sí de colesterol. Más allá de la persecución que se realiza en pro de la salud hacia las mujeres, de la que los hombres están casi completamente exentos, está el pensar que el yogurt que te comes, acaba siendo más un medicamento que un derivado lácteo.

EJEMPLO 3: ESOS DÍAS…
   Probablemente este sea una de los ataques publicitarios que más pronto afecta a las mujeres. Con la llegada de la menstruación a vuestro cuerpo, los anunciantes de compresas y tampones hacen su agosto. Teniendo en cuenta que la etapa inicial es en la que más inseguridades tienen las mujeres (miedo a manchar, a que se note, a que sus compañeros de clase se rían…) las marcas dan un aire juvenil y desenfadado a los anuncios para que las mujeres más jóvenes se sientan identificadas con las protagonistas. Pero en los últimos años el ataque se ha extendido y abarca a todas las edades. Hasta aquellas en las que las mujeres ya no menstrúan.
  • Tipo A) ¡Bienvenida al fabuloso mundo de la menstruación! Ahora ya eres una mujer completa, aprovecha porque llegarán los cincuenta y… la flor se mustia. Pero, ¡cuidado!, los chicos de clase no pueden notar que… ya sabes, estás en esos días. Por eso tienes la compresa coulotte, y la tanga remix, que son las más ligonas. Y si eres de tampones, los XXXXS te ayudarán en tus primeras veces.
  • Tipo B) Ahora que ya llevas un tiempo en el club, debes de saber que cuando estás en esos días hueles raro, por suerte para ti y para los que te rodean hemos inventado una compresa con unas burbujas de perfume invisibles que aniquilan el olor. Ábrete de piernas, siente el aire entre la falda y, tranquila, aunque estés en esos días nadie lo olerá.
  • Tipo C) Llegas a los cincuenta y… la flor se ha secado. ¿Qué metáfora tan preciosa, verdad? Pero tranquila, si pensabas que por lo menos te librabas de usar compresas y tampones, te equivocabas, ¡te puedes mear encima! Así que contra las pérdidas de orina, usa nuestros productos. Absorben cinco veces más que las que anunciábamos la semana pasada.

   El mundo de la menstruación es exclusivamente de las mujeres, así os lo harán saber. Es casi como una enfermedad, un tabú que tendréis que disimular una vez al mes. Y cuidado no huela. Eso sí, cuando llegues a la menopausia y dejes de tener esa vitalidad, deberás usar compresas contra las pérdidas. Y así, hasta que te seques de verdad.
   Esto, obviamente, no sólo es machista, sino que implica una presión sobre las mujeres. Ellas la acabarán aceptando como natural, cuando lo único natural es que menstrúen. 
   Los hombres nos libramos de parte de la presión publicitaria que las mujeres reciben. Nosotros no sufrimos esa coacción que incita a tomarse diez yogurts diarios, a comprar el mejor producto y a vivir lo natural como si no lo fuera. Los anuncios son así por dos motivos: el primero, porque las mujeres continúan haciendo las tareas del hogar; el segundo, porque las mujeres son las que compran para la casa. Estos ejemplos sirven para entender que la sociedad continúa siendo machista, que lo que parecen ejemplos absurdos sobre publicidad ramifica y se amplía en actitudes denigrantes, vejatorias y violentas que atacan contra los derechos de las mujeres. Ellas continúan cobrando menos que nosotros, no ocupan puestos directivos, siguen despidiéndolas al quedarse embarazadas. Y este machismo publicitario está al alcance de todos, sólo hace falta encender la televisión, lo que hace de ellos un ataque reiterado. La violencia no son sólo puñetazos, ténganlo en cuenta. Observen lo que les rodea. ¿Somos tan igualitarios como nos creemos?


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