Hace unos días, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, tuvo
que explicar ante la prensa su saludo a Rafael Blasco en Les Corts tras la
expulsión de éste del grupo parlamentario popular. En su justificación, Barberá
pronunció una frase lapidaria: en
momentos de dificultad, el lado humano es muy importante -dijo. Probablemente,
la alcaldesa tenga razón. Sin embargo, que sea ella, perteneciendo al partido
que pertenece, quien la diga es, como poco, muy curioso. Para entender mi
asombro ante semejante cita, es necesario hacer un pequeño viaje a través de la
hemeroteca, para terminar en la actualidad. Conozcamos el lado humano del
Partido Popular valenciano.
3 de julio de 2006. Un
convoy de Metro Valencia descarrila y se produce el mayor accidente de metro de
la historia de España. En él mueren 43 personas, y 47 resultan heridas. Éste
accidente, que probablemente se podría haber evitado, sucede en el peor momento
político-electoral para el Partido Popular, en pleno boom publicitario de la
Comunidad Valenciana. Ocurrió pocos días antes de la llegada del Papa Benedicto XVI a
Valencia, que supondría una enorme campaña publicitaria para la ciudad.
Cuando se cumplen siete años del accidente, la estrategia del silencio diseñada
por la Generalitat, en manos del PP valenciano, se rompió recientemente gracias
a la emisión del programa Salvados y los reportajes de 0responsables. A pesar
de todo, el PPCV y la Generalitat mantienen el silencio frente a la verdad. Ni
Camps, ni Fabra, ni Barberá ni ningún miembro del PPCV ha roto hasta el momento
el silencio frente al accidente.
26 de marzo de 2011. El
presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, asiste a la inauguración
de las obras de estabilización de los taludes del río Clariano en Ontinyent. La
inauguración cuenta con la asistencia de un grupo de personas con movilidad
reducida que protesta por la ausencia de accesos. Alfonso Rus planteó entonces
la posibilidad de poner cuerdas para que accedieran, subiendo y bajando por
ellas, en lugar de un ascensor que permitiera la accesibilidad a las personas
con silla de ruedas.
6 de noviembre de
2012. El Tribunal Constitucional resuelve el recurso presentado por el
Partido Popular contra la Ley de Matrimonio Igualitario, que permitía los
enlaces entre parejas del mismo sexo. Desde su aprobación en 2005, el PP
apoyado por los sectores más católico-conservadores del país mostró su
oposición. Fue el Partido Popular el que presentó un recurso de
anticonstitucionalidad contra la Ley, que fue definitivamente rechazado.
22 de junio de 2013. El
presidente Alberto Fabra, expulsa a Rafael Blasco del grupo parlamentario
popular. La expulsión es el desenlace final –a nivel político, que no judicial-
al Caso Cooperación, una trama corrupta que se dedicaba a desviar fondos
públicos para la cooperación y ayuda a países en vías de desarrollo, hacia
cuentas privadas. Blasco, ex conseller de Solidaridad y Ciudadanía, está imputado, y a punto de ser juzgado por los supuestos delitos de tráfico de influencias,
prevaricación, malversación de caudales públicos y falsedad documental. A la
espera del juicio, Blasco se mantiene escindido del grupo parlamentario
popular, convirtiéndose en el primer diputado autonómico perteneciente al grupo
de los no adscritos.
A estos casos podríamos sumar la retirada de la tarjeta
sanitaria a extranjeros, los más de doce mil dependientes que han perdido sus ayudas
en los últimos meses, los desahucios, los suicidios promovidos por los
desahucios, la malnutrición infantil… como ejemplos del lado humano del Partido
Popular. La señora Barberá, cuando habla, debería pensar dos veces lo que dice, no sea que acabe diciendo cosas sin coherencia. A veces pensamos que los gobernantes son una panda de ineptos. Inútiles que no saben ni lo que hacen, ni lo que dicen. Lejos de intentar escapar de esa imagen ellos se empeñan en demostrar que son unos auténticos imbéciles.
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