Dos de la
tarde de cualquier tarde de julio. 35º a la sombra -en el mejor de los casos-,
en la calle no circula nada que no tenga aire acondicionado. Se hacen las seis
de la tarde, el calor ya no aprieta tanto, suena el móvil: son tus amigos. Os
vais a tomar unas cervezas. Hacéis planes, al día siguiente os vais a la playa.
No tenéis dinero para mucho más que alguna cerveza y un día en la playa, pero
os tenéis a vosotros. No importa dónde, ni cómo, sino con quién, me decía mi
padre cuando era pequeño. Ahora lo entiendo: no importa que no sea el mejor bar
de la ciudad, ni que la cerveza la compartas con dos personas más. Lo que
importa es que esas dos personas estén. La crisis no nos dejará hacer el viaje
de nuestros sueños, pero no nos robará los pequeños placeres del verano. ¡Pasad
un buen verano!
*Salvo excepción, éste es el último post en 'Confessions Blog' hasta septiembre, este verano puedes leerme en 'El carmín rojo'.
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