4.12.13

Reflexiones sobre RTVV

Momento del corte de la emisión, plató de informativos. Fotografía de Manu Bruque.
   El fundido a negro de Canal 9, junto a la desaparición del resto de canales y emisoras de RTVV, nos obliga a aprender algunas lecciones y a reflexionar sobre lo sucedido. Quizá en unos meses, la más que posible salida del Partido Popular del gobierno abra la puerta a la vuelta de la radio televisión pública. De momento, Alberto Fabra y otros 48 diputados nos han dejado unos cuantos canales en negro, y algunas emisoras enmudecidas. Pero es mucho más grave que eso, perdemos democracia y libertad. Más triste todavía es pensar que por perder, podemos perder hasta la lengua. Ahí van las lecciones, reflexiones y aclaraciones que nos deja la desaparición de RTVV.
1. El silencio no sirve para nada. Ahí están, trabajadores y trabajadoras de RTVV cómplices y colaboradores de los distintos gobiernos del Partido Popular, a pocos días de hacer cola en el paro. Como los que se quejaron, como los que firmaban artículos protestando, como los que daban voz a los silencios de Canal 9. Ahí están, con una tele en negro, una radio muda, y la conciencia cargada de culpa.
2. La culpa sí es de los trabajadores. A lo largo de todas las protestas en apoyo a los trabajadores o contra el cierre de RTVV a las que he acudido, había un mantra que se repetía hasta el agotamiento: los trabajadores no tenemos la culpa. Pues bien, no estoy de acuerdo. Los trabajadores sí tienen la culpa. Pero hilemos fino, ¿todos los trabajadores? No, obviamente. Sólo algunos, los que se lo han llevado caliente, los que se lo han tragado todo, los que nunca han abierto la boca, los que no han firmado artículos, ni han participado en las protestas. La culpa es de ellos y ellas, de los que siempre han obedecido, de los fieles a Zaplana, Camps y Fabra. Esos trabajadores que ahora se van a la puta calle y a mí, francamente, me da absolutamente lo mismo. Evidentemente, la responsabilidad principal de la voladura controlada de RTVV es del Partido Popular, pero eso ustedes ya lo saben.
3. Los periodistas, la peor calaña. Cuando hablo de trabajadores culpables me refiero especialmente a los periodistas. La pérdida de prestigio, la ausencia de audiencia y la falta de apoyo público a la televisión es culpa de ellos. Ni de maquilladores, ni de peluqueros, ni de técnicos, ni de recepcionistas. De ellos y ellas, que no han informado, que han manipulado, que se creían que esto duraría para siempre. Han ejercido mal su trabajo y se han vendido a los mismos que ahora les ponen de patitas en la calle. A la próxima, si la hay, que se piensen mejor si colaboran con los compañeros y compañeras incómodos, los que no se callaban, los del comité de redacción, los de las columnas críticas, los del ERE, ellos saben quiénes son.
4. El star system revolucionario. No podía dejarlo pasar. Tras el anuncio del cierre de RTVV el grupo de caras conocidas de la televisión, presentadores y presentadoras de informativos especialmente, ponían el grito en el cielo para sorpresa de todos. Fue bochornoso, indignante, delirante ver su cambio de chaqueta en directo. De repente hablaban del accidente del metro, de la Gürtel, del lado malo de Zaplana… y de toda la mierda que se han comido durante dieciocho años. Han aparecido, de repente, hablando en otras televisiones, encabezando manifestaciones, recalcando su profesionalidad… y a mí se me atascaba el aire en la garganta cada vez que les escuchaba. Llegan tarde, tardísimo. Hablan ahora, que ven su culo peligrar, porque recuerden que nunca dijeron nada. NUNCA. NADA.
5. Protestar sirve para algo. Hay otro grupo de trabajadores que merecen todo mi respeto. Los que sí hablaron y escribieron, los que no miraban a otra parte. Gracias a ellos sabemos cómo funcionaba el saqueo y la manipulación en RTVV. Ellos han puesto nombre a los ladrones y a sus cómplices. Han luchado por la televisión y por su trabajo. Ellos y ellas se van a la calle junto al resto, la mayoría ya sabe lo que es estar en la cola del paro gracias al ERE anulado. Aún así, hay que tener claro que la protesta sirve para algo: para mantener la dignidad, para dormir tranquilamente.
6. RTVV tiene que volver, renovada. No hablo de un nuevo cambio de imagen, ya tenemos bastante con el azul aguamarina de Rosa Vidal. Me refiero a una renovación reflexionada, justificada, lógica. Si la RTVV que tiene que volver es la que teníamos, mejor la pantalla en negro.
7. RTVV, útil. Si RTVV vuelve no debe ser únicamente para que podamos ver la tomatina, las mascletás o los moros y cristianos, que también. RTVV tiene la obligación de informar con rigurosidad y sin influencias, sin afinidades políticas de ningún tipo. Pero también de ofrecer debates plurales y programación interesante que vaya más allá del cine del oeste. Una programación que fomente el espíritu crítico, la democracia y la cultura.
8. RTVV, en valenciano. Si RTVV vuelve para hablar castellano, también prefiero la pantalla en negro. Si sólo los informativos utilizan la lengua, el servicio puede ser sustituido por la delegación territorial de RTVE. Necesitamos una radio y televisión que hablen en valenciano tanto en informativos, como en series, películas y resto de programación. Ah, y sin censurar palabras, ni acentos…
9. RTVV, lejos de la Generalitat. El edificio del gobierno y el de RTVV están a varios kilómetros de distancia, suficientes como para que la televisión funcione, si vuelve, sin injerencias políticas de ningún tipo.
10. El PP no tiene límites. La decadencia del gobierno, comandado por un Fabra despótico e histérico que obedece órdenes de Madrid, se evidencia en todos y cada uno de los actos del partido y del Consell. Desde el cierre de RTVV a la desesperada, hasta el blindaje policial que rodea a Fabra, pasando por la policía entrando a la televisión y la radio.
11. El tormento de Fabra. La torpeza de este gobierno despótico, que firmar el cierre de RTVV firmaba su propia muerte, le lleva a ponerse a gran parte de la sociedad en su contra. Y deja en la calle a 1700 personas que no tienen nada mejor que hacer que amargarle la existencia al presidente, exigiendo su dimisión.
12. Fabra dimisión. Es la única salida digna que tiene, él y su equipo, junto al resto de diputados populares. La convocatoria de elecciones anticipadas es absolutamente imprescindible ante su falta de recursos para dar soluciones. La herencia recibida de su propio partido es un pastelazo inasumible en plena crisis. Ahora, con poco dinero público para repartir entre los amiguitos del alma, la presión sobre los corruptos debe ser enorme. Les faltamos nosotros, los rojos, quejándonos porque nos quedamos sin casa, sin sanidad, sin educación y sin RTVV. ¿Pero si no la veíamos, de qué nos quejamos? Esta gente del PP no ha entendido nada…

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